Recibir subsidios sin laburar

Conocí argentinos en Brasil, que confesaban ya poder dejar de trabajar por los subsidios que le daba el Gobierno de Cristina Kirchner. ¡Qué descalabro moral para el país, y principalmente para esas personas!
Pero esto es paralelo a otro fenómeno catastrófico para el país y tal vez para muchos más individuos: la pérdida de su fuente laboral. Que un gobierne fuerce a los ciudadanos a ser motivados a independizarse y convertirse en sus propios patrones, suele ser muy benéfico para todos, pero no los despidos mafiosos  de un desgobierno del lobee hegemónico de la aristocracia.
Entretanto, fueron muchos más los genuinamente justificados con la ayuda del gobierno, que los provocados a vagar, mientras que en el nuevo modelo de coartación para el trabajador, ciertamente le ganarán en cantidad los nuevos frustrados en su potencial productor.
Ciertamente, así como un buen padre no investiría en uno de sus hijos para la delincuencia, tampoco un gobierno civil no dictador, pues, siempre deberá rendir cuentas delante de la Ley. Que le salga uno delincuente o vago, no sería su culpa. ¿Por qué odiarlo? Es muy probable que lo odien con segundas intenciones...
En ambos casos los ciudadanos “sin trabajo” a cualquier momento deberán arreglárselas para seguir sobreviviendo, y si son responsables, a también producir algo para la sociedad, sabiendo que la vida bien ocupada es análoga a la misma vida en que se aspira lo que expira y vice-versa.
Consecuentemente, el “recibir subsidios sin laburar” no es el meollo del problema, sino el “no producir”. Recibir ayuda financiera del Gobierno durante el tiempo que la persona no trabaja por cualquier razón que sea, es mucho más honorable y justo que no recibir nada y ser dejado sin su fuente de subsistencia por orden del Gobierno.
Aquello, puede estimular la vagancia, aunque nadie haría eso. En la peor de las hipótesis, alguien puede pagar a otro para que no trabaje y así pueda dedicarse a la delincuencia. Pero cualquier gobierno en el entender segregador  “populista” jamás así lo haría, aunque ciertamente algún otro motivo le ha de propulsar en tal acción.
Tal vez el Kirchnerismo no lo hizo por odio a los más ricos, porque sería incoherente; o por odio al oligopolio nacional, y los poderes monopólicos siempre desestabilizadores de los gobiernos, la paz y la justicia social; tal vez sí. Yo particularmente creo que sí tuvo mucho odio principalmente a lo de la última mención, los monopolios, que siempre existieron insuflados por los EUA. Pero lo evidente es que la Derecha Extrema Internacional que se vio herida durante su gestión, con certeza se sintió enloquecer de tanto odio y halló el camino de la venganza.
Para ayudarla, había una clase media baja, media y media alta que si beneficiados por los subsidios kirchneristas o no, un día oyó los gritos desesperados de los derechistas más recalcitrantes del país, y absolutamente vende-patria, y se unió a ellos en su impetuosidad interior gobernada por el odio a las acciones facilitadoras del Kirchnerismo a que muchos vivan sin trabajar “con la plata de los laburantes”, porque ese fue el mensaje manipulador utilizado por la aristocracia derechista odiosa, incitando a una franja social estable a unirse a ella no para su beneficio y justicia, si es que había injusticia contra esa clase social, sino ciegamente a favor de los millonarios antipatria.
Por desear que la justicia se hiciera en su favor, esa clase media “idiota útil” en manos de los más ricos, no consiguieron llevar a los que recibían subsidios sin trabajar a trabajar, sino a delinquir con odio vengativo y revanchista. El “recibir subsidios sin laburar” nunca fue un legado apenas del Kirchnerismo, aun cuando aparentemente fue el más instigador del modelo.
Me recuerdo desde niño como “los más avivados” de nuestro pueblo aprovechaban beneficio de todos lados, no solo de los gobiernos, para subir, pisando sobre la cabeza de otros de clase media o clase baja. Es un mal no primordialmente social, sino humano y universal.
Lo que también nunca fue común en Argentina, es que un gobierno legisle, judicialice y gobierne exclusivamente para los más ricos y con prioridad también de los militares, fingiendo justicia social. Cuentan con la más desesperada ansia yanqui por sobrevivir y su poderío bélico, y la mafia financiera de la Nueva Era a su servicio, los amigos del Anticristo. Y lo que hoy parezca justicia social, los pobres que ya aumentaron [aunque no según el INDEC que siempre operó a favor del gobierno de turno], y los nuevos pobres se encargarán de recordarles que el problema no es el populismo sino el oportunismo vagabundo de resentidos sociales incompetentes e igualmente de los hijos de los millonarios, y no es con venganzas de ningún lado que a la gente se le hace justicia.  

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